miércoles, 6 de mayo de 2009

MASACRE




Massacre festeja el ascenso
La banda de culto del rock alternativo llegó al estadio Obras después de 20 años de carrera.
ALTO IMPACTO. Wallas, con su energía y carisma, se comió la cancha y sacudió dos horas de buen rock.
Le llegó la hora. Mas de 20 años de pelea desde abajo rindieron sus frutos, y Massacre dejó de ser la banda que le prestó a Catupecu su hit “Plan B, anhelo de satisfacción”. Ahora sí, es LA banda, con todas las letras.Massacre llenó Obras por primera vez para presentar “El mamut”, su nuevo disco. Fue la primera vez que “la princesa alternativa del rock” argentino se animó a semejante desafío, y la sacó muy bien.Con el gordo Wallas al frente, tuvo su noche de gloria. Dos décadas pasaron desde que esos chicos se colgaron los instrumentos, aún sin saber tocarlos muy bien, y empezaron a batallar sobre la idea de abrir cabezas y de diferenciarse de lo que ellos definen como “el mal gusto de los sellos discográficos grandes”.Entero y orgulloso, porque llegaron a llenar Obras sin transar en nada en sus aspiraciones artísticas, Wallas derrochó alegría y agradecimientos a lo largo de las más de dos horas que duró el show, durante el cual la banda volvió a dar cátedra.Mucha agua ha corrido bajo el puente desde que estos jóvenes skaters arrancaran allá en 1987 con Massacre Palestina, aquel grupo hardcore, y fueran convirtiéndose en el secreto mejor guardado del rock local.Años sacando joyas como “Sol Lucet Omnibus”, “Galería desesperanza” o “Juguetes para olvidar” que fueron incomprendidos en su momento pero porque la banda estaba siempre dos pasos más adelante de lo que se cocinaba en la escena local.Pero no todos dejaron pasar esos discos. Bandas como El Otro Yo, Catupecu Machu, Babasónicos, Los Brujos, Attaque 77 y varias más, aprendieron de Wallas y de sus muchachos a lo largo del camino.Con una puesta de luces impactante y una pantalla que emitía todo tipo de imágenes y mucho cine clase B en blanco negro, películas dignas de Ed Wood, con arañas y hormigas gigantes que arrasaban ciudades, Obras estuvo al palo.Pero Massacre tuvo otra sorpresa; el regreso a los escenarios del guitarrista Federico Piskorz (Fico) que a principios de año fue atropellado en un accidente en el que falleció su novia. El estuvo grave algunos meses.Sentadito en un sillón cercano a la batería de Charly Carnota, Fico disparó a lo largo del show su gama de efectos con la guitarra, secundando al siempre mágico Pablo Mondillo, el otro guitarrista, apodado el Tordo.El show abrió con el delirante “La octava maravilla”, de “El mamut”, que les dio su pase a la masividad, sin perder un centímetro de originalidad, pero Obras estalló ante “Nuevo Día”, el hitazo de “Sol Lucet Omnibus”.Para el cierre de un grupo casi inexplicable, nada mejor que elegir un hit de otra banda difícil de clasificar como los Kinks, y allí fueron los Massacre tras “You Really Got me”, que sonó delirante. El frío de la noche porteña se sintió sólo cuando los equipos se apagaron y la gente empezó a salir del estadio.

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